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"Basta de detención"
Trabajo Infantil en yeso pintado, Ayacucho 1988

 

Con la colaboración de organizaciones de derechos humanos, algunos artistas populares fundaron, durante los años de violencia más intensa, talleres de formación profesional en Ayacucho para atender a los hijos de desaparecidos y asesinados. Allí tenían los niños la oportunidad de aprender un oficio, como por ejemplo a hacer cerámica o retablos. Pero sobre todo se les dio la posiblidad de plasmar artísticamente sus horribles vivencias y encontrar así una vía alternativa para expresar ideas que no hubieran podido formular verbalmente. La figura "Basta de detención", que en realidad no muestra una detención sino una ejecución, fue creada en 1988 en uno de estos talleres de Ayacucho.

"Maxima Expresion"
Mate grabado de Liz Medina, Cochas Chico 2002

 

Liz Medina escogió como base de su obra de arte una gran calabaza, con una forma muy especial. Durante siete meses estuvo trabajando en la representación de tres sucesos actuales:

  • La captura de "Feliciano", uno de los líderes de "Sendero Luminoso", en julio de 1999.
  • El atentado del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York.
  • Y la visita official del presidente Busch a Perú en marzo de 2002.

En un segundo plano se pueden apreciar además unos trazos minúsculos, apenas perceptibles, describiendo escenas de violencia contra la población campesina. Con el trabajo perfecto del mate, la repartición espacial de innumerables escenas menores y, especialmente, con la refinada ornametación al estilo mudejar de la parte superior, continúa Liz Medina con la tradición familiar del grabado sobre mate.

Grupo de mujeres enlutadas
Terracota de Pablo Jerí, Quinua, aprox. 1987

 

Pablo Jerí pertenece al reducido grupo de ceramistas de Quinua que, en muchas de sus obras, abandonan el lenguaje escultórico de la alfarería tradicional en busca de su propio estilo individual. Con su "Grupo de mujeres en luto", Pablo Jerí erige un monumento a las viudas y a las mujeres de "desaparecidos".

Nacimiento en el campo
Escultura en Piedra de Huamanga de Julio Gálvez, Ayacucho 1987

 

Esta miniatura no es tan sólo una de las obras maestras de Julio Gálvez. Creada en un año de creciente intensificación de la violencia y la muerte en Ayacucho, esta insólita representación del nacimiento de una nueva vida está cargada de simbolismo.

El combate sobre el Pesebre
Escultura de Alberto Aparicio (Quinua, 1988)

 

En esta obra, el artista fuerza la combinación de marcados contrastes: sobre el techo de un pesebre navideño tiene lugar un combate entre la Guardia Civil y rebeldes del MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru). Combatientes armados disputan a armónicos ángeles su lugar en el escenario navideño. Asimismo se echan en falta tanto la escena del nacimiento en sí como algunas de las figuras pertenecientes al espisodio bélico, pues la obra fue parcialmente destruida por una patrulla militar durante un control del autobús en la que era trasladada. Algunos pedazos encontrados se colocaron en el lugar donde originalmente se encontraban las figuras del belén, de las cuales sólo se conservó el paño roto del niño Jesús.

La ejecución de Túpac Amaru
Altorrelieve en Piedra de Huamanga von Cirilo Gálvez, Ayacucho 1988

 

En un extraordinario ejercicio de aprovechamiento de espacio limitado, Cirilo Gálvez escenifica un suceso dramático ante el fondo de la iglesia jesuita de Cuzco. "José Gabriel Thupa Amaro Inga" fue el líder más célebre de la serie de sublevaciones indígenas contra los españoles que tuvieron lugar durante el último tercio del siglo XVIII especialmente en el sur de los Andes. En 1781, los españoles llevaron a cabo su ejecución y la de su familia en un atroz espectáculo disuasorio en la plaza central de Cuzco. Cuatro caballos desgarraron a Túpac Amaru; su mujer Micaela Bastidas, que había tomado parte activa en la lucha, y su hijo fueron ahorcados. Esta escena quedó gravada en la memoria colectiva de Perú y de toda Latinoamérica.

Pistacos
Retablo de tres niveles de Nicario Jiménez, Lima 1988

 

En la tradición andina, el término "pistacos" alude a los hombres blancos y barbudos extranjeros que explotan a los autóctonos. Ya durante los primeros años de la conquista empezaron los españoles a cometer abusos, siempre a la búsqueda de valiosas materias primas.
La Antigua creencia en los "Pistacos" se reaviva de nuevo siempre que la inseguridad y el miedo se apodera de la población. En 1987 tuvo lugar una gran "caza de pistacos" en Ayacucho que causó numerosas víctimas mortales. Tanto el "Sendero Luminoso" como los militares quisieron aprovechar a su favor el miedo generalizado a los "pistacos", difundiendo rumores de que el bando enemigo trabajaba para los "pistacos".

Pobrechalla campesino
Retablo de cuatro niveles de Teodoro Ramírez, Ayaucho 1988

 

Este retablo de Teodoro Ramírez es una de las obras más impresionantes con las que el arte popular de Ayacucho respondió a la violencia política y social de su país. La perfección artesanal y la riqueza en detalles se combinan para crear una compleja visión general del conflicto. El asesinato de periodistas en 1983 en Uchuraccay se representa con la misma precisión que las masacres cometidas por el "Sendero Luminoso" y las fuerzas armadas contra la población campesina. La conjunción de todos estos elementos permitió al joven artista crear, en una clara alegoría, una visión de conjunto de la "miseria campesina".

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Onqoy (Locura)

 

Tabla del taller ADAPS de Lima. Allí se encontraron emigrantes y refugiados del pueblo de Sarwa, en el sur de Ayacucho para continuar la rica tradición pictórica de su pueblo. A lo largo de los años habían logrado plasmar en sus cuadros una visión general de las costumbres y acontecimientos de su aldea. Y los sucesos más actuales no quedaron fuera. Los ataques del Sendero Luminoso, los brutales controles callejeros de los militares, los asaltos de la policía armada… : todo esto fue inmortalizado en los detallados cuadros de los campesinos y sus sarcásticos comentarios. El cuadro seleccionado muestra como el Sendero Luminoso rodea el pueblo. En el Texto correspondiente se lee:

"Con metralletas, cuchillos, bombas y la bandera, y vestidos con ropas distintas, llegaron elementos extranjeros como intrusos en el municipio. Casa por casa fueron sacando a los miembros de la comunidad y les obligaron, bajo amenazas, a asistir a la reunión y escuchar sus falsas promesas de justicia social y mejor calidad de vida. Los sencillos campesinos inocentes, que sólo hablan Quechua y tienen su propia visión tradicional del mundo, no entienden el discurso y las promesas de los extranjeros. Perturbados con el cambio en su vida, imploran protección urgente a los dioses de las montañas y a los santos patrones de la comunidad."

 


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