Bodil Begtrup (1903 – 1987) Dinamarca

Jul 28th, 2008 | By | Category: Biografías

por Rainer Huhle

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Bodil Begtrup (1903 – 1987)

En la Dinamarca de principios del siglo XX no era normal que una mujer joven fuera a la Universidad, pero Bodil Begtrup no se limitó a estudiar Ciencias Polí­ticas en la Universidad de Copenhague. En 1926 participó por primera vez en la Sociedad de Naciones como representante de la Unión Internacional de Estudiantes. Allí­ despertó su gran interés por los derechos de la mujer, que tras la guerra la convertirí­a en una de las primeras feministas en las Naciones Unidas.

Bodil Begtrup entró en la escena de los derechos de la mujer en su paí­s. Con sólo 26 años fue elegida para la junta directiva del Consejo Nacional de Mujeres de Dinamarca, institución que presidirí­a desde 1946 hasta 1949 a la vez que trabajaba en las Naciones Unidas.

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Bodil Begtrup (en el centro) en una sesión de la ONU (probablemente en 1947, con la feminista australiana Jessie Street)

Desde 1938 fue miembro fijo de la delegación danesa en la Sociedad de Naciones, y posteriormente de su sucesora, la Organización de Naciones Unidas. En la primera Asamblea General de la ONU fue miembro adjunto de la delegación de su paí­s. Formó parte de la Comisión de Derechos Humanos desde sus inicios y de la Subcomisión de la Condición Jurí­dica y Social de la Mujer, que debí­a defender los derechos de la mujer en la misma Comisión. Begtrup luchó con otras mujeres en el Consejo Económico y Social por convertir la Subcomisión en un órgano independiente. Como ella misma declaró, no querí­an ser una extensión de otra comisión. El Consejo aprobó la separación, y la Comisión de la Condición Jurí­dica y Social de la Mujer (Commission on the Status of Women) comenzó a funcionar bajo la presidencia de Bodil Begtrup en febrero de 1947, prácticamente a la vez que la Comisión de Derechos Humanos comenzaba a redactar la Declaración Universal.

Al año siguiente Dinamarca dejó de pertenecer a la Comisión de Derechos Humanos, pero Bodil Begtrup siguió formando parte de la delegación danesa en la Asamblea General. Como miembro de la Comisión de la Condición Jurí­dica y Social de la Mujer “”renunció a la presidencia en 1948“” tení­a derecho a hablar en la Comisión de Derechos Humanos sobre cualquier asunto relacionado con los derechos de la mujer, y sus intervenciones resultaron determinantes en algunos temas controvertidos. La formulación del derecho a la vida en la Declaración Universal desencadenó intensos debates sobre la pena de muerte y el aborto, que no permitieron alcanzar ningún acuerdo en la Comisión. El fuerte rechazo de Bodil Begtrup y de la Comisión de la Condición Jurí­dica y Social de la Mujer a la pena capital y a la prohibición del aborto tuvo un peso importante en la redacción del artí­culo tercero, que dice sencillamente: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Así­ quedaron eliminadas las referencias a aspectos controvertidos del derecho a la vida. Por otro lado, también es gracias a Bodil Begtrup que los derechos de la mujer y de los niños estén explí­citamente formulados en el segundo punto del artí­culo 25 de la Declaración.

En 1948 Bodil Begtrup fue elegida vicepresidenta del Tercer Comité de la Asamblea General, responsable de debatir y modificarel borrador de la Declaración Universal que habí­a elaborado la Comisión de Derechos Humanos. Dicho cargo le permitió influir directamente en las resoluciones de la Declaración, muchas de las cuales no fueron adoptadas hasta septiembre-diciembre de 1948 tras largos debates en las 85 sesiones del Tercer Comité.

En la histórica sesión de la Asamblea General del 10 de diciembre de 1948, Begtrup habló en nombre de la delegación danesa y aprovechó la ocasión para explicar la importancia de los derechos de la mujer, recordar la larga lucha en común librada por ellos, y destacar el papel de la Comisión de la Condición Jurí­dica y Social de la Mujer. Según aclaró ella misma, el Consejo Económico y Social de la ONU entendí­a que los expertos en derechos humanos no eran necesariamente expertos en los derechos de la mujer, y por eso habí­a organizado una comisión especial. Con gran modestia, pasó por alto la importancia que habí­a tenido en todo ello su trabajo y el de otras mujeres.

Tras la aprobación de la Declaración Universal, Bodil Begtrup siguió luchando por los derechos humanos y los derechos de la mujer, tanto en el servicio diplomático de su paí­s como dentro del movimiento feminista danés. En 1975, 1980 y 1985 participó activamente en la preparación de las Conferencias Internacionales sobre la Mujer.

Traducción del alemán: Álvaro Martí­n Martí­n

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