Paz Rojas Baeza: La interminable ausencia. Estudio médico, psicológico y político de la desaparición forzada de personas

Sep 21st, 2010 | By | Category: Reseñas

LOM Ediciones, Santiago de Chile 2009

Este libro publicado en Chile por la Dra. Paz Rojas, médico neuropsiquiatra, es significativo en tanto que aborda desde distintos ángulos y usa diferentes metodologías para referirse a AQUELLO QUE NO TIENE REPARACION. Cobra especial relevancia dado que es testimonio, legado y sistematización de casi 40 años de ardua labor práctica y de investigación realizadas acompañando a familiares de detenidos desaparecidos en CODEPU. Este trabajo se proyecta más allá y reflexiona, cuestiona, argumenta, denuncia y propone estrategias de abordaje en este campo que puedan ser significativas en el campo de lo preventivo.

Lo singular de este libro es que durante y después de su lectura hay una constante, una sensación de náusea ante la práctica de la desaparición forzada. Se vuelven torpes, mezquinas, impropias las palabras para describir la experiencia de los sobrevivientes y familiares de los desaparecidos. El título ‘la interminable ausencia’ se siente, se experimenta, se materializa y la conclusión final es la constatación de que hay daños que no tienen reparación. Se percibe una urgencia que invita a usar canales e instituciones, como también instancias tanto nacionales como internacionales en pos de la proscripción y adherencia a poner término a la desaparición forzada.

Deseo destacar dos capítulos en especial: el X y el VIII, donde a mi parecer reside la fuerza de este estudio.

En el capítulo X, “Comprender lo incomprensible”, la autora señala en la página 182: “La inteligencia, el pensamiento, la conciencia y la efectividad en cada persona son interdependientes y cada una con el soporte de la memoria y del lenguaje, supone y comporta a las demás. Todas ellas se han formado en el proceso de experimentar, conocer y saber, en el curso del proceso socio-cultural. En el trauma psíquico producido por el crimen de la desaparición forzada, todas estas funciones están profundamente alteradas.”

Procede luego la autora a identificar y describir desde la sicopatología las funciones que se pueden ver afectadas por la experiencia de la desaparición forzada y que – por ende – alteran la posible unidad que constituyen las funciones mentales. En este contexto se refiere a: Una concepción ausente, No existe un lenguaje coherente, Una memoria encapsulada, El tiempo suspendido, La afectividad dañada y Disociación de la conciencia. Termina por concluir en la página 188: “El proceso de duelo y sus etapas no logran realizarse, los familiares viven en una permanente ambivalencia entre la vida y la muerte, en que la imaginería entra al ámbito de lo siniestro, trasformándose el desaparecido en una interminable ausencia.

Quisiéramos señalar, por último que las personas que han sufrido las consecuencias de los crímenes, no son de ningún modo personas enfermas desde el punto de vista clásico de este concepto: ‘Yo no soy un enfermo, sino la expresión de mi tiempo y coyuntura’, declaró David Rousset al salir de los campos de concentración nazis.”

En el capítulo VIII, “Una historia inconclusa: los crímenes y la impunidad”, Paz Rojas señala en la página 151: “concientes del daño que esta agresión, desde el poder, ha producido en las personas, intentamos penetrar, desde el campo médico psicológico, en el conocimiento de las consecuencias de la impunidad.” Este capítulo debiera ser lectura obligada para quienes piensan que instancias post conflicto pueden reparar lo acontecido.

El capítulo IV, Tres historias, tres vidas es interesante en tanto comparte, en profundidad, con el lector las vidas de tres mujeres: una madre, una hija y una hermana de detenidos desaparecidos. Lo destacable de esta parte del estudio es el percibir el conocimiento profundo y cercano de las mujeres afectadas por esta experiencia límite. También se evidencia el acompañamiento a lo largo de los años a estas vidas mutiladas por intervención humana directa. El lector puede sumergirse, imaginarse y – a su vez – empatizar, hacerse parte, acercarse a Eliana, Estela y Dora. Y – sin embargo – al singularizar estas tres experiencias, no logra universalizarlas. Uno se pregunta: ¿Cómo viven la desaparición forzada los mapuche? ¿Viven los hombres en forma similar o diferente a lo que la autora argumenta en página 59? “Hemos elegido tres historias de vida de familiares de detenidos desaparecidos . . . especialmente porque nos permiten demostrar cómo el trauma inicial se transforma en un proceso, pues a medida que transcurre el tiempo desde el desaparecimiento hasta la actualidad, diferentes acontecimientos, informaciones y conductas, que provienen tanto desde el poder, como de la sociedad y la justicia van modificando las esperanzas o, más bien, las desesperanzas de encontrarlos, induciendo diferentes manifestaciones en el sentir, pensar, vivir, actuar y exigir.”

Al concluir esta reseña, me permito recomendar este libro a quienes se mueven en disciplinas tan disímiles como lo son la sicopatología, la justicia transicional, antropología, antropología forense, educación, derechos humanos y otras. Esto por cuanto el texto nos evidencia las complejidades, contradicciones, la irreparabilidad de esta experiencia y – por ende – la necesidad de crear conciencia de esta aberrante práctica como también de la necesidad de un NUNCA MAS a la par que se actúa donde el daño está latente. Nos deja una sensación de impotencia en tanto al daño ya causado.

Roberta Bacic
Chilena residente e Irlanda del Norte,
Septiembre 2010

por Roberta Bacic

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