Mucho se habla hoy de la importante labor por los derechos humanos que, en los años después del golpe de Pinochet, se desarrolló en instituciones vinculadas a las iglesias chilenas, como el Comité de Cooperación para la Paz en Chile (COPACHI), la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC) o más tarde la Vicaría de Solidaridad. Desde la distancia, esta labor puede parecer algo natural y moralmente obligatorio. Sin embargo, estas instituciones trabajaban en condiciones sumamente precarias y peligrosas. Fueron personas humanas que en el momento preciso demostraron la valentía para tomar las decisiones necesarias quienes construían esta admirable historia.
Por lo tanto nos parece importante publicar los testimonios de una de estas personas que nunca buscaron premios o atención mediática. Aquí va la historia de la monja Blanca Rengifo y el caso Zamora (PDF).