Arte Universal, Derechos Universales: Entrevista con Alfredo López Casanova

Sep 23rd, 2019 | By | Category: América, Novedades, Regiones

por Camila Chaudron Aranda

 

Alfredo López Casanova

Alfredo López Casanova es un escultor mexicano. Pero también es un defensor de derechos humanos muy comprometido, creando muchas obras in cooperación directa con el movimiento de derechos humanos en México, especialmente los colectivos de familiares de desaparecidos. En Alemania es conocido ante todo por su proyecto “Huellas de la Memoria”, presentado entre otras en Berlin y Nuremberg.

Camila Chaudron entrevistó al artista, por encargo del Centro de Derechos Humanos de Nuremberg, sobre su trabajo y sus reflexiones acerca dela relación entre el arte y el compromiso social por los derechos humanos.

  1. Usted fue entrenado como artista, como escultor, y supongo que podría ganar su vida de muchas maneras – por ejemplo creando piezas para colecciones Sin embargo, está creando arte para el público, y temo que muchas veces lo hace sin pago, para diseminar mensajes sobre los derechos humanos. ¿Qué le inspiró entrar en esta arena activista?

ALC: Es muy importante tu pregunta, porque alguna gente se pregunta cómo fue la conversión del “artista” a activista político o lo que ahora está muy de moda el término de “Artivista.” En mi caso fue al revés, es decir, yo he tenido una vida involucrada en las organizaciones sociales y políticas desde que era estudiante de secundaria, desde la adolescencia, y no he dejado y no me he desmarcado de la vida política siempre desde los movimientos sociales.

Cuando terminé la secundaría entré a Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, en mi ciudad natal. Desde entonces llevo una vida paralela: la del escultor profesional y la del activista. Estas vidas, digamos que a veces se cruzan y a veces no. En los últimos años, por la grave situación de derechos humanos que vive mi país, el artista ha pensado mucho en cómo hacer acciones desde su destreza y habilidad profesional para visibilizar las violaciones a los derechos humanos y se ha dado una imagen del artista comprometido.

Pero también profesionalmente tengo que hacer mi trabajo escultórico “no comprometido políticamente”, digamos para poder vivir, comer, pagar el alquiler de vivienda etc.

  1. ¿Como comenzó a crear obras plásticas? ¿Cuáles fueron sus primeras obras?

ALC: Pues desde que estaba en la Escuela de Artes Plásticas, mi primera obra de importancia fue mi Servicio Social que tenía que dar para terminar mi formación. Fue un relieve que se llama: en “El Nacimiento del Hombre Nuevo” realizado en el Auditorio de la Preparatoria #6. Es una una obra de grande talla pero modesta en su solución técnica. Es la obra de un joven de 18 años, un homenaje a Ernesto Che Guevara, y a Paulo Freire, un educador popular brasileño que yo admiro mucho. Eso fue en 1989. Desconozco si la obra existe, pues fue hecha en la técnica de yeso directo. Se rumoró que lo habían declarado patrimonio de la Universidad de Guadalajara, pero tengo que confirmar si existe la obra todavía.

  1. ¿Cuál es la relación entre el arte y la libertad? Es decir, ¿qué tiene que ver el arte con los derechos humanos?

ALC: La libertad hay que pelearla siempre, tanto en la obra personal, como incluso en los encargos o comisiones que hacen las autoridades públicas o privadas, ese es el gran reto del artista.

Hay que saber dónde está parado uno y hay que leer que está sucediendo en el entorno cotidiano. La obra puede estar contextualizada de la vida o no. Yo le apuesto a contextualizarla y que sea una obra de su tiempo.

  1. Cuando usted empieza con una instalación como su famoso “Huellas de la memoria,” en el que escribe palabras sobre las suelas de los zapatos de personas que buscan a los desaparecid@s, ¿de dónde viene la inspiración para un proyecto así?

ALC: “Huellas de la Memoria” es un proyecto que nace del acompañamiento a las familias organizadas para buscar a sus familiares desaparecidos, no de los hechos recientes, sino que documenta desde los años 60´s. Surge desde el acompañamiento, es una obra que se realiza en conjunto con las familias. Aquí no hay inspiración, digamos que fue un chispazo, un momento de claridad en una marcha y en una plática con una madre de un joven que fue sacado de su casa por policías y fue desaparecido en años recientes. A veces las obras salen de manera natural y a veces no salen, pero hay que estar acompañando a la gente, que eso es lo más importante.

En las suelas se escriben los textos de las familias que son entregadas en un papel dentro de los zapatos. Desde hace un poco más de un año, ya es un proyecto colectivo, el Colectivo de Huellas de la Memoria, hace el resumen, si la carta es muy grande y se realiza el grabado en las suelas de los zapatos, con la técnica tradicional del grabado y se imprime de manera manual. El Colectivo es muy plural, no todos profesionales en las artes plásticas, sólo dos, y las demás personas son de distintas profesiones, pero nos une el interés y la preocupación por el grave tema de las desapariciones en México y por extensión del mundo. Pero todas y todos tienen las habilidades y destrezas para grabar e imprimir las huellas, eso es muy valioso y muy importante del proyecto y de quienes componemos el colectivo.

 

  1. ¿Cómo se desarollan sus ideas, y qué hace para asegurar que la gente más impactada – en este caso, las personas desaparecidas y sus familiares – se siente apoyada (en vez de expuestas, o tomadas por ventaja)?

ALC: Primero: No siempre salen buenas ideas, la realidad es muy compleja y las acciones de denuncia que, a veces ya no surten el efecto del impacto deseado para denunciar al Estado su incapacidad, o incluso su responsabilidad en el tema de las desapariciones. Tenemos que impactar y sensibilizar también a la sociedad, a la población para crezca la preocupación por los derechos humanos y parar como pueblo esta situación. Nuestro reto entonces, es inmenso pues tenemos que generar nuevas propuestas, nuevas intervenciones que muevan y conmuevan.

Dos. El artista que se involucre, tiene que tener una postura ética y generosa. Que su acompañamiento e involucramiento no tenga fines de interés personal y no sea sólo extractivista de la información, que no devuelve lo que produce con el tema. Se requiere que sea claro al plantear sus intereses y que el resultado de la investigación o de la obra lo socialice y le ayude tanto al autor como a las familias. Hablar con claridad y transparencia siempre para que la gente no se sienta utilizada ni engañada.

  1. Una de las piezas que usted desveló recientemente es una escultura de Fray Antonio Alcalde, un hombre importante en la historia de Guadalajara. Pero ocultado en la escultura dejó varios mensajes escritos sobre las personas desaparecidas, por ejemplo “VIVOS LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS,” “EN JALISCO HAY 6,503 DESAPARECIDXS,” “NO SOMOS 3 SOMOS TODXS.” ¿Cuál fue el impulso para este proyecto?

ALC: Fue el mismo impulso que me llevó como ciudadano a denunciar la grave crisis de Derechos Humanos que vive el país y que vive Guadalajara, Jalisco. Fue una acción de último momento, al escuchar los resultados de la investigación de la Procuraduría de Justicia en la que daban por cerrada la investigación al concluir, según sus investigaciones de que los tres estudiantes de cine que habían sido desaparecidos, habrían sido asesinados. Eso fue y es una gran mentira, pues no pudieron demostrar con datos genéticos, ni con datos periciales, ni técnicos que eso fuera verdad. Es otra gran mentira histórica y había que denunciarla. En ese momento yo estaba por terminar el modelado del Fray Antonio Alcalde y se me ocurrió que podía hacer esta denuncia permanente poniendo estos textos en el proceso de fundición de la escultura. Para las familias de estos jóvenes estudiantes desaparecidos, y para mí, ellos están vivos y tienen que regresarlos vivos. Esa es y sigue siendo la exigencia.

Fray Antonio Alcalde, fue un gran hombre y el más grande benefactor de Jalisco y conociendo su historia, no dudaría que se pondría al frente a denunciar las desapariciones junto con las familias, y a denunciarlas frente a las autoridades. Eso lo tengo muy claro, entonces lo que hice fue contextualizar la escultura en el tiempo que estamos viviendo. Solo eso.

 

  1. La escultura del obispo fue comisionada por el gobierno de Jalisco, Guadalajara. Tras la revelación de estos mensajes, ¿tiene usted miedo de que no podrá volver a trabajar por el estado?

ALC: La escultura la gané bajo concurso y así ha sido en casi toda la obra que como profesional he realizado. Y por lo que sucedió es casi seguro que yo no tendré trabajo en el periodo de este gobierno de Jalisco. Estoy de alguna manera vetado, por haber denunciado la incompetencia de las autoridades frente a la grave situación por la que pasa Jalisco. Pero esos son los riesgos y los he asumido con toda claridad desde hace muchos años.

  1. Qué piensa usted sobre la relación entre los artistas y el Estado? Se puede quedar crítico del gobierno mientras esté dependiente de él para ganar su vida?

ALC: La relación con el Estado es una relación complicada siempre, porque se maneja a base de caprichos y no da la libertad total a los proyectos. Ellos se rodean de artistas dóciles que no les interesa meterse en conflictos políticos y que, generalmente, cumplen esos caprichos con tal de ganar el trabajo y dinero. Son realmente pocos los artistas críticos que logran tener encargos del Estado, sobre todo si no son “famosos”. Lo ideal es, no depender del Estado y tener la libertad para producir y vender en las grandes galerías nacionales e internacionales y que el Estado compre lo que produce el artista. Pero yo ni soy famoso, ni mi obra está en galerías de prestigio. Mi cancha de juego está en otro lado, no aquí, aunque no lo descarto en un futuro. Eso no significa abandonar la lucha o el compromiso. Eso está firme porque es parte de las convicciones que tiene uno para toda la vida.

  1. Cuando está creando una pieza con fines activistas, ¿tiene algunos ámbitos específicos en mente? ¿Cuáles resultados ha visto por su arte activista? ¿Ha visto cambios concretos relacionados a sus piezas? Y qué piensa de ello, ¿es algo incidental, o esencial?

ALC: Hay dos momentos diferentes. Uno es la obra que estamos haciendo con claridad y como tema permanente como el colectivo de Huellas de la Memoria, que es un proyecto que está creciendo porque nos llegan cada vez más zapatos de familiares tanto de México como de otras partes del mundo, y el otro momento es personal, que es cuando o me piden una obra específicamente, un grabado para un tema urgente que es la liberación de los presos políticos, la lucha contra las empresas mineras, o cuando surge una situación inesperada y personalmente me pongo hacer un grabado urgente y lo subo a la web para que se difunda.

Y sí, la obra cambia constantemente buscando mejores soluciones, más eficaces y contundentes, aunque no siempre se logran. Hablo de la obra políticamente comprometida. En el caso de mi obra de producción personal tiene su propio ritmo y su propia búsqueda. Es como si estuvieras hablando con dos personas diferentes, porque las obras a veces no tienen nada en común, no se mezclan.

  1. ¿Cree alguna vez, en creando arte dedicada a personas desaparecidas, que corre peligro de romantizar el asunto? ¿O cuales peligros corre?

ALC: Es un tema complicado, porque el destino de la obra es incierto. Pueden suceder muchas cosas. En el tiempo presente, yo estoy claro de lo que estoy haciendo y que la obra es de denuncia, pero el destino de la obra no lo tengo en mis manos. Muchas de las obras de combate y radicales terminaron años después como “excelsas piezas de museo…” cuando ya el artista que los creó estaba muerto. Muchas veces quien lo romantiza son los críticos y el mercado. ¿Qué hacer? ¿Una opción es autodestruir la obra para que eso no suceda? No lo sé, no lo tengo claro. Lo importante es tener claro que lo que se está haciendo es una obra urgente y de denuncia, que sirva a las familias. Eso como colectivo en Huellas de la Memoria lo tenemos claro. Y en lo personal pienso lo mismo, que lo que urge es que la obra sirva para visibilizar y denunciar la desaparición forzada y la grave crisis de derechos humanos, que en realidad es terrorismo de estado.

  1. ¿Cree usted que los artistas tienen un deber especial hacia esta forma de exposición, para crear conciencia? ¿O es un deber que tenemos todos de manera igual?

ALC: No, la obligación de crear conciencia es un deber igual de todos y todas, sobre todo ahora que este mundo parece caerse a pedazos no sólo en el campo de los derechos humanos, hay una grave crisis en temas de migración, ambiental, que si no ayudamos a detener este mundo que habitamos, que es casa de todas y todos se nos va acabar muy pronto.

Lo que a veces pasa, es que los artefactos que crean los artistas ayudan mucho y sirven, pero también está la música, el teatro, la danza, en general las artes nos pueden ayudar mucho a crear conciencia y todas y todos de alguna manera sabemos hacer algo en estos temas.

  1. ¿Cómo puedo yo, sin ser artista, crear más conciencia sobre los temas de derechos humanos que me apasionan?

ALC: Creo que los artistas no son tampoco la panacea o los iluminados, eso sería justo romantizar lo que no queremos. Pienso que, primero es estar consciente de la urgencia de hacer algo y segundo sería preguntarnos como ciudadano/a, donde estoy parado, qué puedo hacer y para qué, o en que soy bueno, y cuando sabemos cuáles son nuestras habilidades descubriremos nuestras fortalezas y desde allí aportar con claridad, seguridad y certeza. Esa es la clave. Hay muchas áreas, no necesariamente desde las artes.

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